martes, 12 de abril de 2016

Mi Vig Bay más tranquila

    Si hubiese tenido algo de cabeza, no hubiese estado en la salida. No me había inscrito. Tenía el maraton de Paris la semana antes y la Vig Bay no se me pasaba por la cabeza a pesar de que posiblemente sea la carrera a la que más cariño le tengo(Vig Bay 2012 fue mi primera popular).
     Todo empezó con un sorteo de Coca Cola. Cuando lo vi no reparé ni en el maratón ni en mis piernas. Simplemente participé. Me enteré de que me había tocado el Viernes, ya en Paris.
      Lo más sensato igual hubiese sido no recoger el dorsal y no castigar de esa manera las piernas. Pero a decir verdad, no me hubiese sentido bien haciendo esto. Más gente había participado en el sorteo, y me parecía muy egoísta. Por culpabilidad o por que Vig Bay siempre es una carrera que apetece correr, me presente el día D.
        Nos juntamos 4 compañeros para recoger dorsales. El día se estaba poniendo feo, así que nos metimos los 4 en el coche con la esperanza de que amainara la que estaba cayendo de agua y viento antes de salir a calentar. No hubo mucha suerte y con el tiempo encima, no nos quedó otra que poner unos chubasqueros desechables y salir a hacer el calentamiento.
       Creo que el calentamiento fue el único momento donde tuve algo de cabeza en todo este asunto. A pesar de saber que las piernas no debían estar para mucha fiesta, en mi cabeza aún rondaba la posibilidad de salir a buen ritmo y ver que pasaba. Ya calentando note bastante carga, así que decidí que quedarme en el último cajón y salir tranquilo iba a ser mejor idea.
       Ya con el calentamiento hecho y la mojadura algo salvada por el chubasquero, toca ponerse en la salida. Poco antes de esta había parado de llover e incluso se veía algún claro. Por lo menos parecía que la lluvia nos iba a permitir entrar en calor los primeros kms.
      Como tema para empezar la salida eligieron el himno gallego. El tema es emotivo, pero la verdad es que la gente no se arranco mucho a cantar, que realmente es lo que pone los pelos de punta en estas historias, escuchar a unos miles cantar un himno(igual unas pantallas con la letra ayudaría XD) Esa imagen de la avenida de Samil colapsada por corredores siempre es espectacular. Arrancó la carrera, y como era de esperar, en el cajón que salí, la gente salía muy tranquila. A diferencia de otras veces, no me agobió demasiado el no poder pasar a gente y me mantuve al ritmo que la marea llevaba los primeros 2 kms.
      A pesar de no ser yo Usain Bolt precisamente, creo que era la primera carrera de todas las que llevo que no salí a competir. Cuando digo competir no digo ganar. Me refiero a competir, a intentar dar el máximo, intentar batirme a mi mismo, hacer lo mejor que en ese momento puedo hacer.  El no ir con esa tensión y esa fatiga, hace que te puedas parar a ver un poco más lo que pasa alrededor. Las demás carreras. El ambiente una vez ya en marcha. El grupo de colegas que salen charlando, la pareja que corre junta, el que va contando los kms que le quedan ya desde el km 1.
      No sabría describir del todo ese ambiente que se vive de la mitad hacía atrás del pelotón en esos primeros kms. Si tuviese que elegir una palabra, posiblemente fuese "ilusión". La ilusión del que está a punto de culminar un reto, del debutante, del que sabe lo duro que ha sido entrenar para solamente estar en esa salida.
      Con el paso de los kilómetros he ido avanzando posiciones. A pesar del dolor de piernas, aumentar un poco el ritmo no me ha fatigado mucho y he podido correr relativamente cómodo hasta el km 11. A esas alturas empezaban a doler bastante algunos músculos y me he vuelto a dejar ir al ritmo de la marea otra vez. Milagrosamente no había vuelto a llover desde la salida, e incluso se agradecía algún que otro tramo con sol. Lo único que molestaba un poco en algunos puntos era el viento.
     Fue sobre el km 17 o 18 cuando me he encontrado con Felipe, un conocido de Cangas con el que he echo algún km entrenando. Me ha parecido que iba demasiado abrigado y entre respiraciones entrecortadas me intentaba decir que llevaba uno delante al que no daba alcanzado. Como no tenía nada que hacer, le he dicho que se ponga detrás mío, que lo llevaba hasta él. La verdad es que había escogido un mal compañero de fatigas, ya que al que intentaba alcanzar, no hacía más que cambiar de ritmo. Viendo que con esos cambios lo estaba reventando, le he echado mano a la cadera durante unos metros y le he ayudado a pasarlo definitivamente para poder ponerse a un ritmo más constante. Al final hemos llegado a meta a unos ritmos bastante altos y aunque al límite ha entrado contento a meta, ya que para ser su primera media maratón, el tiempo no ha estado nada mal.
       Nada más entrar en meta he ido a por la bolsa al guardarropa, ya que al fondo el cielo se veía muy negro, y casi sin tiempo para despedirme me he subido al autobús de vuelta. Como siempre desde que la corro, la organización es impecable. 20€ puede parecer una inscripción cara, pero viendo lo que ofrece Vig Bay y lo que ofrecen otras, están más que justificados.
      Por mi parte, al final, he acabado satisfecho por correrla. A pesar de que a mitad de carrera he sentido que me iba a sobrar la otra mitad, he estado entretenido esos últimos kilómetros y me he divertido. Las piernas han llegado bastante sobrecargadas y con algún dolor puntual, pero espero ir recuperándolas poco a poco esta semana.
        Gracias a los voluntarios que en días como el del domingo hay que ser muy grande para ir a ayudar de manera altruista. También a esos fotógrafos que se pasan su tiempo y ponen sus recursos para que nos podamos llevar un recuerdo. En este caso las fotos son de:
 "Pe Pe" Pe Pe Flickr y de Tito Limio  de Athletics aventura xtrem Google Photos

Hasta la próxima corazones XOXO

sábado, 9 de abril de 2016

Maraton de Paris 2016

       La verdad es que elegir un maraton lejos de casa tiene sus ventajas. Mientras llegas a la ciudad, te acomodas y haces algo de turismo, apenas te queda tiempo para pensar en la carrera. Estoy seguro que de estar en casa, los nervios llegarían bastante antes. A pesar de que el viaje va enfocado a correr la maratón, no fue hasta el sábado a eso de las 8 de la tarde cuando realmente empece a pensar en lo que tocaba al día siguiente. En como organizarme. Cenar, preparar las cosas, e intentar ir a dormir pronto. Una cosa es intentar ir a dormir pronto y otra conseguirlo. A la 1 de la mañana seguía dando vueltas en la cama y luego en algún momento, sonó el despertador.
       A las 6 bajo a desayunar. Lo suelo hacer 3h antes para evitar problemas de estómago durante la carrera. Desayuno lo normal, solo cambio el café con leche por café solo, nada de experimentos. Café, tostadas con mermelada y algún fruto seco. Me cambio, me despido y salgo hacia el metro. Las calles a esas horas están muy tranquilas. Voy caminando hacia el metro pensando que a esas horas podré sentarme tranquilamente. En la parada me encuentro a los primeros corredores. Son inconfundibles. El metro llega completamente lleno. Lo de ir tranquilamente sentado queda para otra. Charles de Gaulle etoile, la parada ya no tiene nada de tranquila, montones de gente, hoy todos en la misma dirección. Asomo la cabeza y más gente en los alrededores del arco del triunfo. La mayoría en dirección a meta a dejar la bolsa. Es ahí cuando más nervioso me noto, caminando entre esa marea de gente a dejar la bolsa.
       He salido con tiempo, pero entre los registros para acceder a la zona de corredores(está la cosa bastante tensa con este tema. Casi todas las tiendas e incluso algún McDonalds hace registros para entrar) y las colas para la última meada, cuando veo el reloj faltan 10 minutos para el cierre de mi cajón de salida. Aprovecho el km que hay hasta la salida para calentar trotando. Parece que los nervios se sacuden un poco. La salida es un espectáculo. Toda esa gente llenando los campos elíseos es... Hay que estar para sentirlo. El ambiente no puede ser mejor. Tambien se escucha a  bastantes españoles dándose los últimos ánimos (igual es por que hablamos más alto).
       El tema que eligen para la salida no es gran cosa, pero a esas alturas, poca motivación hace falta ya. Salida!!. Como suele ser normal en esta distancia, la gente no sale a lo loco e intenta coger el ritmo que toca. La salida es muy limpia y se corre bastante bien, aunque siempre hay alguno que se mete en el cajón que no debe y hace algo de tapón, que a esas alturas es complicado esquivar. A pesar de que el día amanece caluroso ya desde los primeros rayos, el suelo está bastante mojado por las lluvias de la noche y las zapatillas no acaban de agarrarse al suelo como cuando está seco.
        Los primeros kms son para disfrutarlos; Campos elíseos, Plaza de la concordía, el Obelisco, Tullerías, Louvre, Hotel de Ville, etc... Las sensaciones son buenas y empiezo a pensar en los avituallamientos. La idea es tomar agua en los puntos en los que tengo pensado tomar los geles e isotónica en el resto.
        Nos adentramos en el primero de los bosques sobre el km 9. No es que sea muy vistoso, pero a esas alturas aún vas fresco, ya contabas con el y lo pasas cómodo. Aprovechando la zona, me paro a mear y no tener que hacer cola luego en un WC portátil. Empiezan a aparecer los grupos de animación en esa zona y en nada estamos en el 19, de vuelta a la ciudad.
       Paso por la media maratón, veo el crono y la pulsera con los tiempos objetivos que llevo en la otra mano. Voy bien, paso casi 1 min mejor del tiempo objetivo. Algo más rápido, pero dentro de lo aceptable. Vamos, que no he echo ninguna tontería y he mantenido el ritmo que debía.
       Estamos entrando de nuevo en la zona monumental. No se en que km me encuentro a Merce y Pablo. Creo que en alguno entre el 21 y 25. Contaba con verlos antes, y la verdad es que a esa altura ya había dejado de buscarlos. Poco después de esto va a llegar la sorpresa.  Después de meternos en la carretera que bordea el Sena, y cuando aún apenas habíamos empezado a pasar por la zona más emblematica, la carretera entra en un túnel de más de un km. Se hace interminable. Llevaba 10km de bosque pensando en volver a la zona monumental y me meten bajo tierra. Entre unas cosas y otras, salir de un túnel y entrar en otro, me pongo cerca del 30. Km 28 o 29 aproximadamente, a la altura de la Torre Eiffel. Vamos, que me he pasado media ciudad por túneles y en unos km estoy otra vez en el segundo bosque. Pasado el 30 aparece el primer avituallamiento en el que hay isotónica. Parece mentira que siendo patrocinador isostar, solo tengan un punto con isotónica.
       Ha sido a partir del km 30 o 31 cuando he empezado a sentir dolor en las piernas, justo donde el año anterior se me habían quedado bloqueadas, como si fuesen de piedra. Con tantos km por delante me asusto un poco, así que bajo algo el ritmo e intento dejar pasar algún km para ver si las sensaciones mejoran. En el 32 me he tomado el último gel que me quedaba. Al cogerlo y notar que no había más, pensé que me había dejado uno atrás. Después de 3 km dandole vueltas al asunto, he llegado a la conclusión de que los había tomado todos. Me a costado 3km llegar a esa conclusión!! A esas alturas me ponen una suma fácil y no la hago. No me ha preocupado demasiado. Había bebido en todos los puntos y comido algún plátano y alguna naranja de los avituallamientos. Debería llegar.
       En el 37 o 38 me doy cuenta de que lo de bajar de 3h15 ya está perdido. El dolor sigue ahí, pero después de los últimos kms, tampoco ha ido a peor, así que intento aumentar el ritmo. Algo consigo aumentar, pero a esas alturas no están las piernas para fiestas. Me dejo llevar los últimos kms de bosque a un ritmo aceptable y ya se escucha la meta. Los últimos 200m con el arco del triunfo al fondo son para disfrutarlos.
        Meta, siento una palmada en la espalda. Con la euforia, todos son colegas. Nos damos la enhorabuena en Inglés. Acto seguido, se gira hacia un conocido y comienzan a hablar castellano. No puedo evitar reirme. Unos metros más adelante están las medallas, las camisetas y avituallamiento de meta. Me encuentro sorprendentemente muy entero. Con el dolor de patas que traia desde hace unos kms, pero nada que ver con el año anterior, donde me tuve que tirar dos veces al suelo medio mareado y con escalofríos. Ya pasados los puestos, me he emocionado un poco. Sin ningún motivo aparente y con la euforia de la llegada  ya pasada me he derrumbado un momento. No se explicarlo. Después de tantos entrenos, tantos meses, es una sensación de vacío, de ¿y ahora que?. Me he quedado viendo para la gente entrando en meta un tiempo, no se cuanto.
         Después de recoger la bolsa me pienso en dar un masaje, pero viendo la cola que hay, cambio de idea y me dirijo al punto de encuentro. Por el camino voy pasando por todos los stands que las marcas y la propia carrera tienen para los VIPS o los que han pasado por caja para serlo y no puedo reprimir cierta envidia. Todos esos stands con su propio masajista esperando, desocupado, y esos catering llenos de zumos, comida y otras comodidades. En el punto de encuentro aún no hay nadie esperando. Así que me he tirado a un lado en una zona ajardinada y me puesto a intentar estirar y descansar un poco.

Vídeo del fin de semana:



Y esto es todo corazones XOXO